miércoles, 21 de febrero de 2007

De marcianos y frikis

Conozco a una chica que es otra habitual en el mundo de los blogs y que en su última entrada, se considera una friki; también en su blog se define como marciana y lo más curioso, en estas dos personalidades se considera acompañada.

Todas las personas e incluso los animales "no racionales" necesitamos sentirnos acompañados, estar en una manada y da igual que sea de marcianos, frikis o activistas desorientados.

Yo también me considero un marciano, aunque me gusta más la palabra extraterrestre. No me considero de este mundo (perdón por una frase que ya tiene copyright divino) y aunque me toca vivir en él, por un momento voy a creer en la reencarnación y considerar una equivocación mi presencia hoy en este lugar.

No he llegado o bajado en una nave interestelar (vaya, y eso que no me gustan las películas de galaxias), he de confesar que me he caído de un guindo y al llegar al suelo me he dado cuenta que está muy duro y hoy, mojado.

No sé que hago hablando de extraterrestres, guindos o del duro suelo; en realidad, de lo que quería hablar es de la soledad y/o de la ausencia de manadas. Soy un hombre afortunado, tengo muchas manadas donde sentirme acogido y estas manadas, sí que son frikis y no marcianos. Los marcianos vienen de fuera y los frikis son de esta tierra aunque parecen marcianos e incluso, los imitan. Las manadas en las que a veces estoy tienen que ver con la utopía, el compromiso político, el compromiso social e incluso, la utopía deportiva (que nos lo digan a los que todavía creemos en que nuestro equipo no va a bajar a segunda). Pero últimamente algo está pasando, ya no me motivan tanto las manadas, ya no vivo tanto las manadas, en fin... que no me creo tanto eso de las manadas.

Hoy por hoy, disfruto descubriendo al individuo y su individualidad (¡madre mía! que profundidad; por cierto, mi madre se llama María Soledad -para más coña-) y ya sé que estáis esperando esta afirmación: con lo que más estoy disfrutando es con descubrirme a mí mismo (toma egocentrismo). Y ahora que me voy descubriendo, me sorprendo y disfruto sorprendiéndome; ahora que me voy conociendo, me reafirmo y disfruto reafirmándome; ahora, descubro y reafirmo que me muero por los demás, individuales o en manada. Ahora quiero seguir siendo utópico, comprometido y creyente de la vida, no como antes que lo hacía porque me quisieran y por la estima de los demás hacia mí, lo hago por quererme y por autoestimarme.

El día está gris y cubierto, quizás como mi estado de ánimo, pero desde este momento me hago activista de los días azules, claros y brillantes. Como podéis comprobar yo también puedo ser un friki, pero prefiero ser una persona que vive, disfruta, goza, sufre, piensa, quiere, se excita (políticamente, socialmente, deportivamente, sexualmente, y... con todas las mentes del mundo mundial).

Por cierto, ¿de qué quería hablar hoy?

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